martes, 13 de noviembre de 2007

Castañas

Noviembre es el mes de las castañas, de la fiesta del Magosto, de los cucuruchos de papel. Era el mes del olor a gloria bendita en la esquina de San Torcuato donde tenía su puestecito Transi la castañera, aquella mujer pura bondad que sonreía siempre tras sus gafas de culo de vaso.

El puesto de Transi era parada obligatoria para las niñas que estudiábamos en La Milagrosa. Recuerdo los días de niebla cerrada y frío pajarero en que brillaba su lucecita amarilla como un lucero para los navegantes. Y el crepitar de las castañas en su asador de lata con el carbón consumiéndose por debajo. Y las manos ásperas llenas de ternura. Y la caricia caliente del papel en las manos, como un abrazo en medio del temporal.

Hace años que Transi nos dejó. Hace años que quedó vacía su esquinita y se apagó aquella bombilla amarilla que era como un lucero de gominolas y castañas asadas en mitad de San Torcuato. Pero noviembre siempre nos devuelve su presencia, la caricia de sus cucuruchos calentitos, la sonrisa repartida entre todos los que dejamos al pie de su hornillo de carbón retazos de nuestra infancia. El nombre que los que vienen detrás ya no conocerán.

Y ahora que intento redescubrir mi ciudad con ojos de adulta, echo de menos el puestecito verde, la bombilla mortecina, la mirada de culo de vaso. Y, sobre todo, a la niña que se paraba de cuando en cuando a comprar un cucuruchito de castañas.

En noviembre, en la esquina de San Torcuato, donde Transi, de siempre.

2 comentarios:

LUIS SANTOS DE DIOS dijo...

No dejes nunca de comprar castañas a cualquier Transi que te las ofrezca. No dejes nunca de ser la niña que quieres ser. Aprende de tu experiencia, aprende de tus errores, aprende de la vida, pero... no olvides nunca a la niña que tienes dentro. Seguro que te ayuda.
Un saludo,
Luis Santos
P.S.
No sabes cómo celebro esta nueva entrada en TU fábrica de sueños, con la que disfrutamos cuantos de ella participamos leyendo(te).

Víctor L. Gómez dijo...

Hay la Transi!!!

Yo vivo a dos minutos de su esquina, cuantos recuerdos comprando castañas.

Siempre he sido muy zampon y era cliente habitual, siempre he hechaba alguna mas de la cuenta.

En Palencia, hay una Transi que tiene su estatua a pie de calle, la nuestra tan bien lo merece....

Hay esa infancia...