martes, 29 de julio de 2008

Aunque no lo supiéseis

No pudieron con nosotros ni la pereza de julio ni el desafío de la niebla en el primer tramo del alba. Faustino (inmenso Faustino, como sus abrazos) preparó la fiesta en casa de Mateo, ese hotel con nombre de caballero andante cuyas habitaciones guardan secretos de otras batallas que nunca sabremos.

Desde Zamora, el camino está lleno de pastizales resecos, encinas orgullosas y cercados de piedra en los que cientos de chavales habrán soñado ser toreros haciendo la luna. Campo charro de estío y suaves lomas, vacas paciendo con la bravura amasada en el vientre y silencio en las calles cuando azota el sol del mediodía. Así castigaba la solana sobre Vitigudino, la cuna del toreo sobrio y elegante de Su Majestad Santiago Martín.

Anita la pelu y yo llegamos casi las primeras, sólo por detrás de Rodrigo -que se coló hace tiempo en mis mails sin querer, vía Faustino y su extensa colección de fichajes internáuticos-, Javier y Manuel, aquel "Zocho" que arribó a mi teléfono una noche madrileña de caipiroskas y fresones, a quien le delataron entre tanto lugareño su bañador verde pijo y sus hechuras de machirulito de gimnasio sin gimnasio.

Un trío que a la postre sería lo mejor de una noche en la que hubo mucho bueno de por sí. Un trío que pactó con nosotras en un santiamén amistades de por vida, redactando el primer renglón sin desacuerdos posibles. Y así lo sellamos, como los buenos toreros, sin papeles ni contratos, con un apretón de manos, un par de abrazos, no sé cuántas sonrisas y la certeza de que así será.

Tarde de piscina, césped y nostalgia en mi móvil, que se iba llenando de voces y deseos de los amigos que me esperan el sur. Santa Ana; nuestro santo. El sol de tierra adentro quemando como un látigo las pieles y el tiempo, que se iba muriendo de pura inercia.

Un coche que se llamaba Jacinto y se apellidaba Pescado; un vía crucis al pie de una barra con un introito de ibuprofeno para matar la jaqueca. Primera estación, bombay azul con tónica y limón exprimido; segunda estación, whisky con cola; tercera, cacique con fanta, que sabe a flash de naranja y a sorbidos, y así tres rondas por cinco, como las quince rosas de la pasión, los quince misterios de la alegría, el primer rosario bebido al alimón en un templo profano bajo unos soportales que escupían el último sol de la tarde.

Toros en la tele. Un quinteto de viejetes en barrera y contrabarrera de eskay haciendo de palmeros para los piropos a la Reina de las Marismas. Recios, auténticos, curtidos en mil batallas que me hubiese encantado escuchar de su boca. No pudo ser, el tiempo apremiaba.

Después, la limonada de Mateo y el regusto a canela y a fruta fresca en la boca, la caricia del hielo en la lengua, la promesa de la comida y la bendita farra servida en las fuentes a partes iguales. Los rostros nuevos, las niñas monas cuyos nombres pensé que no iba a aprenderme nunca (Eva y sus ojos verdes-verdes, Lucía, Mercedes, Luzma, Virginia...) que terminaron por hacer exaltación de la amistad en esos momentos mágicos en que el alcohol nos despoja de los últimos resquicios de vergüenza.

La noche ya encima, las estrellas como luces de verbena sobre una placita de tientas y dos vaquillas de retienta que casi llamaban a algunos por sus nombres. Una barra grande y libre, como la España de los Nodos, y un refrito de músicas que bailamos hasta el alba con Borja instalado en la cabina como un cura en un púlpito. La camiseta blanca de la Ana charra moviéndose entre la gente como las velas de un barquito. El reencuentro con la preciosa Arancha a la que le debo miles de ausencias y miles de momentos.

La sonrisa rasgada y peremne de mister Jason -Tyson, un filipino del sol naciente sin sol naciente que enseña inglés en España. Y otras cosas que no digo. Casi ná. Los nombres que no escribo y que recuento mentalmente con colleja incluída. La evocación de El Paseíllo, al pie de mi Real Plaza de El Puerto, allá donde conocí a Jorge una tarde de sol y toros. La madrugada de niebla novembrina que se posó blanca, húmeda y despistada sobre nuestro pelo.

Debí retirarme con la última oscuridad pero quise esperar la primera luz y empaparme de domingo con churros pringosos, colacao, Rúasviejas de café y una margarita recién cortada en el bolsillo que dejé sin deshojar. El sol picaba ya en lo alto. La noche había hecho su selección natural. Algunos solitarios que buscaban compañía la encontraron y los demás nos despedimos al pie de cada puerta con una noche cumplida que anotar en nuestras libretas. Me conformé, con esa maldad perruna que heredamos por genética las que nacemos hembras, con que el Zocho no se fuese a matar mineros de forma colateral y me anoté en la mente aclamar a Rodrigo, que marchó a triunfar en plazas que ni pueden ni deben ser contadas.

Cuando el día me devolvió a mi cama el sueño me dibujó una sonrisa y supe que mi corazón reniega de más duelo, harto de soportar las heridas que me infrinjo cuando pienso que la soledad y la memoria pesan demasiado. Pero esta noche que para los demás fue tan sólo eso, una noche más, me recordó quién soy, qué soy, cómo me gusta reir, cómo la vida llama siempre rabiosa a las puertas por mucho que queramos desoír sus aldabonazos. Y canté con voz ronca hacia los adentros y me encontré nadando entre compases por alegría, ganándome en la madrugada esta voz de cazallera después de una contienda a cara de perro con una página que me negaba a pasar.

Hoy, esta noche, tenía que daros las gracias a vosotros que, sin sospecharlo, me habéis devuelto las llaves de una fábrica de sueños para ponerla en marcha como si nunca se hubiese detenido. He intentado escribiros esta entrada después de rubricar la paz conmigo misma, descontando ya el tiempo que reste para nuestra próxima cita, devorando soles y lunas hasta que llegue el momento de volver a engarzar una letanía de brindis y apurar la noche como si de la última noche se tratase.

Y así os quiero soñar siempre. Anita, Faustino, Javier, Rodrigo, Manuel: estas letras son vuestras, aunque no lo supiéseis. Este es nuestro primer sueño. Cabemos todos. Gracias y mil besos.

15 comentarios:

Arancha dijo...

Arrea, Ana! Me pones, siempre me han puesto tus letras, la piel de gallina. Porque escribes con arte. Y el sentimiento recorre la tinta de cada letra embadurnando de pasión y pasiones cada renglón.
Yo estuve allí, sí. Y me siento orgullosa de ello. Porque fui testigo de una noche grande y de una despedida que me supo a la misma hiel (que no sé cómo sabe, pero tiene que saber a rayos)Me quedaron muchas cosas por contarte. Otras muchas por escucharte. Y miles por compartirte. Espero que este sólo haya sido en comienzo. Que no dejemos pasar tanto tiempo. Aunque ´nos haya tratado bien, el jodío, ¡que estamos mejor que antes, qué carajo! Que fue un placer disfrutar de esa noche a tu lado. Mirar al fondo y siempre encontrar tu sonrisa. Escuchar tu voz. Bailar contigo. Y abrazarte cuando estaba llegando la madrugada. Nos vemos Ana. Y gracias.

Félix dijo...

Pues, por lo que parece, lo único que necesitaba la fábrica era combustible. Así que, ahora que están los depósitos llenos de los más variados octanajes, la maquinaria parece que comienza a funcionar con sus engranajes perfectamente engrasados. Ya sabes, cuando veas que la producción decae... noche mágica y Bombay sapphire. Nada más.
Cordialmente,
Félix

Josué dijo...

Qué envidia¡ Sólo faltaba Lola Flores y La Camboria...
Hace que no me acuesto a esas horas, que sólo de pensadlo me entra sueño.
pues eso Alegría, Toros y....
Bss

Ana Pedrero dijo...

Faustino me envió de madrugada un mail diciendo que el blog no le dejaba colgar su comentario. Fue el primero, que conste. Copio y pego literalmente.

"¡OLE, TORERA!
Y no dices nada de los 3 modelazos que me llevabas, traje acuático aparte.
Eres la ostia, Pedrero.

SUSKIERO

Y GRACIAS A TÍ POR VENIR"

Pues ahí queda eso. :)

M@r@ dijo...

Pues eso Berren que te vea siempre asi,que salgas,que disfrutes y alguna vez te tomes un heladito con nosotros y la Choni(el bar que está al lado del Thalberg)que la mujer es mu relasá como dirias tu...

Bss Anita

Kinush dijo...

Ole con ole!! Ya está mi Berrendita volviendo a su ser y a deleitarnos con sus mágicas palabras, la fábrica ya huele a sonrisas, a sueños, a felicidad...
Un beso muy gordo y me alegro mucho que disfrutes a tope, que la vida son 2 días mal contados.
¡Claro que si!
oooooooooooooooooooooooooooooh y VIVA CALDARA, MONTEVERDI, BUXTEHUDE, BACH, VIVALDI, RAMEAU, LULLY Y LA MADRE QUE LOS PARIÓ (que también tuvo mucho arte) jejeje.

estrella de mar dijo...

¿Sigues en Zamora o tienes suerte y andas de vacaciones?

Porque el jueves voy por allí por la tarde y, si estás libre, pues te pego un toque. Iba a hacerlo antes pero cuando liberé el móvil en Italia se borró tu número...ups

Afortunadamente el sábado lo recuperé. Te llamo el jueves.

Guarismo dijo...

Bien, Ana, bien. Ésa eres tú y ésa es tu/nuestra (dices) fábrica. De sueños de ensueño. Vuelve a gustarme cómo escribes y cómo describes.

No estuve allí, pero lo he imaginado leyéndote.

Buen verano a todos.

Cuando contemple de nuevo mis olas de Cái me acordaré de ti, Berrendita, y les daré un beso de tu parte. Pisaré la arena dejando tu huella...

(Hay que ver, pensaba, la fuerza que tiene una bitácora como la tuya... caí aquí por casualidad y me hice adepto y adicto. Celebro que inyectes de nuevo tu savia fresca a los sueños de tu/nuestra -dices- fábrica de sueños).

Y me gusta saber que te animas.

Un abrazo,

Miguel

Ana Pedrero dijo...

Arancha: me encanta saberte, me encanta leerte, me encanta encontrarte. No sé si estamos mejor que antes (tú, sí, como siempre, impresionante), pero yo al menos sigo sonriendo y rascando, rascando, creo que me estoy encontrando con la que siempre fui. Te quiero. Y claro que nos vemos, mi niña. Un beso.

Félix: pues sí; los más variados octanajes. Una mezcla explosiva y estupenda. Ojalá una noche mágica y el sappire fuesen de efectos tan fulminantes siempre. Un beso.

Josué: esto de crecer es la leche. Aún recuerdo nuestra época de BBC a lo cutre, tu faceta chowman y la bomba que yo siempre llevaba en la recámara a punto de estallar. Faltabas tú, pero la pequeñaja exige de su padre un comportamiento medianamente más decoroso....Te quiero. ;)

Faus: lo de los modelazos no importa. Otras, sólo con uno, estuvieron mucho más estupendas que yo toda la noche. Lo del traje acuático, simple y pura previsión. Tú sí que eres la leche. Mil besos.

Mara: pues habrá que ir a conocer a la interfecta. Pero nada de helados. Agüíta mineral, que es muy sana. Volver a circular de impar por la vida es lo que tiene..... Besitos, pequeña.

Kinush.....¡¡¡¡pues claro que sí!!! Como siempre. Y claro que sí de nuevo: el arte no se inventó hace dos días. Pero nuestros dioses del barroco se sentirían profanados en una noche como la que cuento. Un beso fuerte desde el noroeste y el Duero. ;)

Estrellita: sigo. Y quizá el jueves vaya por la mañana a tu tierra, así que incluso podemos venirnos juntas a mi Zamorita. Lo hablamos y lo arreglamos con un vino (joé, poco me dura el propósito de la enmienda...). Besos, besos.

Guarismo: no digo; es, sin más. Todo esto que escribo no tendría sentido si vosotros nos estuviéseis aquí leyendo, compartiendo y sumando, a tí que te gustan tanto los números. Quizá coincidamos en Cádiz. Aún así, dale besos míos a nuestras olas para que no se les olvide mi nombre, ok? Un beso, y gracias por tu adicción.

Anónimo dijo...

ANITA!!!

Encantadííísima de conocerte!!

Eres simplemente GENIAL!!!

Hasta la próxima que es pero que no sea a muy tardar!!

MIL BESOS!!!

Lucano dijo...

¡¡¡Bravo!!! Aunque no lo supieras, ya sabía yo que darías con la tecla que pone en marcha la factoría. Y cuánto me alegro.

Ana Pedrero dijo...

Mercedes: yo también estoy encantada de haberos conocido. Creo que se nota de largo. Un besazo.

Lucano: Sé que te alegras. El camino ha sido duro, pero procuraré no mirar hacia atrás. Otro beso.

A los que me habéis enviado preciosos e-mails, incluso provenientes del lado oscuro, mil gracias. Y mil besos. Nos vemos prontito. ;)

Ana dijo...

Me alegro de que aparte de una buena juerguecilla te sabiera la noche a alegría y renovación, y el amanecer a una nueva ventana para seguir viendo que bonito es el sol!
Un beso Berrendita y felicidades!

jmsp dijo...

Me alegro de que hayas eliminado la foto. Deseo que la elimines también del siguiente enlace http://bp3.blogger.com/_dspnipexyco/SI5jek991TI/AAAAAAAAAJk/kbR-ua1Pkog/s400/lumbrales.jpg

Ana Pedrero dijo...

Lamento que te haya molestado que apareciese una fotografía tuya en mi blog. Suelo citar la procedencia y suelo utilizar fotos con el permiso de mis amigos. En cualquier caso, nunca ha sido mi intención apropiarme de nada ni ofenderte. Te pido disculpas por ello.

Por otro lado, sobre el enlace que me envías, intento eliminarno pero no me deja, me dice que el archivo está siendo utilizado, y yo no tengo ningún programa abierto. En cualquier caso, te aseguro que no volverá a pasar. Acepta una vez más mis disculpas y enhorabuena por tus fotos.