martes, 2 de febrero de 2010

Dos de febrero


Hace treinta y nueve años. Yo no me acuerdo, porque apenas tenía un año y nueve meses. Dice mamá que hacía un día como hoy, soleado y con el cielo azul rabioso, cuando abriste los ojos a la vida. Esos ojos donde siempre encuentro complicidad y ternura, esos ojos que nos recuerdan que somos hermanos de sangre y de muchas más cosas.

Anoche rebusqué en los viejos álbumes de fotos para tomar prestado algún retazo de nuestra vida y traerlo a la fábrica. Como eras el tercero, te llevaste la peor parte, pillaste la cámara perezosa. Un bebé envuelto en una toquilla blanca en brazos de su madre flanqueado por sus dos hermanos que lo contemplan acostumbrándose a su carita. Tres niños rubios que miran a la cámara en la playa de Sanabria, Rocas Negras al fondo. El más pequeño, un tirillas en bañador, siempre acurrucado en el regazo materno, siempre sonriendo, iluminando los paisajes de la infancia, aquellos veranos maravillosos a orillas del lago, los otoños en El Castillo, los inviernos cogiendo musgo para el Nacimiento en Valorio, los cumpleaños de febrero, abril y junio. Sonriendo con esa sonrisa que me insufla alegría cuando falta mi sonrisa. Esa sonrisa que nos recuerda que somos hermanos.

Hace treinta y nueve años y yo no me acuerdo, aunque dice mamá que era un día como hoy. Y anoche, mientras pensaba palabras que regalarte y optaba por repetir esta foto en la que estamos tan feos (y medio 'chupados' o 'chupados' y medio) pero que tantas cosas me dice, releí las palabras que te regalé hace un año mientras pensaba que hoy escribiría las mismas, letra por letra, punto por punto, y así hasta el último de mis días. Y volví a emocionarme en esta mañana de febrero, dos de febrero, con sol y cielo azul, en que sigo agradeciéndole a la vida el regalo de tu presencia, tu luz, la infinita claridad de tu sonrisa.

Gracias, querido hermano mío, por tus treinta y nueve años a mi lado.

(Y ahora, a preparar la versión 4.0, que no es tan mala)

6 comentarios:

Miguel Angel dijo...

Hola Ana:
Deduzco por tus palabras, que sientes cierto aprecio por la persona de la que hablas... ¡¡¡ que estás escribiendo rosio !!!...
Querida Ana...si, lo se, hoy es el dia..y yo le he llamado a la mañana temprano, porqué esperar para demostrar a una persona por las que sientes un gran cariño, que hoy es su cumpleaños y te has acordado de ello, oye.
El Baron Rojo es uno de esos tipos que enganchan..no solo por el cachondeo ( que también ) si no porque se hace querer, da motivos para ello..y eso las personas que le rodea ( y yo ), lo perciben.
Que mas puedo decir, Berrendita, que tu no sepas mejor que yo...preciosas palabras dedicadas al benjamin de la casa ( me encanta esa casa y ese patio y ese perro que se hace todo por sus rincones ).
Un abrazo fuerte para el. para ti...para todos/as... Pedrero & Pedrero...nos vemos pronto...
Rosio

Miguel Angel dijo...

Por cierto...se me olvidaba.
La sonrisa que muestra " turmano " en la foto, me resulta familiar, creo que ya la he visto antes...de madrugada mas concretamente...en la Plaza Mayor posiblemente....con un vaso en la mano realmente...
Rosio

Anónimo dijo...

Ole la "mirmana", tu andas casi por la versión 4.2 no? jaja

Ana dijo...

Tienes que querer mucho a tu hermano... eso esta genial..
Un beso Guapa!

Ana Pedrero dijo...

Rosio, veo que hay cosas que no cambian en esta vida, jajajaja.

Mirmano: una cosa es que vaya camino de la versión 4.1 y otra que me pongas un año por la cara. Ya te llegará, ya. :P

Ana: pues sí. Algo se nota, ¿no?. Mil besos, te debo mil visitas.

ainhoa dijo...

Hola Ana,
te he encontrado a traves de este blog,impresionante por cierto,100% tu!!!!!!!!!! Cuanto tiempo, que tal estas???? besos,Ainhoa Miner