martes, 16 de febrero de 2010

La Caja de Pandora

Hoy, por fin, he abierto la Caja de Pandora, desgranada en un puñado de cajas que dormían apiladas en una de las bodegas del caserón. Casi dos años después me he dado cuenta de que echaba de menos algún libro, alguna copla, un par de cedés de clásica, algún retazo de mi vida en foto y agendas incompletas que nunca más he de rellenar.

Hoy he abierto las cajas en las que comprimí mi penúltima vida. No lo hice antes por miedo, por agotamiento, por debilidad extrema, por un rechazo frontal al dolor que producen los recuerdos, como si el poso de mi vida pasada estuviese en esas cajas y no fuera, machacándome las sienes noche tras noche hasta que conciliaba el sueño.

Y ahora que las he abierto sé que, aunque aún me tiemble el cuerpo, he dado un paso adelante, como si en el interior de esas cajas se escondiese la luz, sin yo saberlo.

En mis cajas de Pandora está escrito el camino hacia la libertad de mí misma, la sonrisa sobre mis propias sombras. Y hoy, por fin, las he abierto.

9 comentarios:

Josué dijo...

Una vez que tomamos otro camino, después de descansar y asentarse es cuando debemos abrimos el equipaje.
Puede darse el caso que abras la maleta y no puedas meterlas en ningún sitio. Así que utilizaste el protocolo perfecto para el buen camino.
Un Bs. y nos vemos el jueves y/o viernes
chichi

caminante dijo...

Otro paso más en ese camino que siempre estoy dispuesto a acompañarte.

yo también te quiero tita, espero q lo sepas!

Ana dijo...

Un gran paso... sigue palante, y no te encojas ante la adversidad!
Besos!

AdR dijo...

Que de tiempo... :)

Yo también tengo Cajas de esas, pero cada vez me dan menos miedo abrirlas. Su contenido es tan amplio que no podría caber en una novela.

Besos.

Ana Pedrero dijo...

Josué, mi querido amigo, gracias por estar siempre. Poco hay entre tú y yo que no sepas. Y sí, nos vemos ya mismo. Mil besos. :)

Caminante: gracias por venir siempre a mi lado. Y claro que lo sé. Tú eres siempre la sonrisa. :)

Ana: hay pasos muy pequeñitos que dejan una huella enorme. Este es uno que tenía que haber dado hace tiempo, y aunque queda escrito en la soledad de una bodega, marca un capítulo nuevo y cierra otro que se prolongaba ya demasiado en el tiempo. Cuidate y besos a tus niños.

AdR: Síiiii!!! Sabes? he extrañado tu fábrica de sueños y de palabras preciosas, el olor a sal de tus recuerdos, la maravilla de pasearme por tus letras. Abre tus cajas, mi admirado escritor. Ábrelas. Y si no caben en una, escríbelas en dos novelas. Será una gozada saberte, adivinarte en ellas. Mil besos. :)

Roberto Jiménez dijo...

Volver a ser Ana...con solo sonreir. Me alegra saber que tu sonrisa puede con miles de sombras.

Sueños, proyectos, ilusiones, ideas que esbozan una sonrisa con simplemente deletrearlas. Son nuestra fuerza, el primer y quebradizo pestañeo de la mañana mueve el mundo que nos rodea para comenzar a pintar un cuadro a base de instantes, de pinceladas estilizadas y brochazos sin sentido. Susurros, miradas, caricias, abrazos, sonrisas que apoyan y caídas, muchas caídas que significan que volvemos a levantarnos

Un abrazo desde Salamanca

estrella de mar dijo...

Lo malo de esconder los recuerdos en una caja es el momento de abrirla.

Pero lo importante no es el mar sabor. No son más que los posos de un buen vino. ¿Entiendes? Los malos recuerdos se van olvidando porque tendemos a quedarnos con lo bueno. Y así debe ser, sino sería una mierda, francamente.

Ay, Berrendita, tenemos que hablar, que han pasado muchas cosas desde que no lo hacemos.

Un besito

Ana Pedrero dijo...

¡¡Roberto!!! Dios mío, mi queridísimo Roberto, no sabes la alegría que me ha dado verte por aquí. Y leerte e imaginarme esa sonrisa tuya detrás de cada letra. Si algo bonito me traigo en mis cajas de Salamanca, ese eres tú. y te juro que esa caja no me da ningún miedo abrirla. Mil besos, albense. Cuidate mucho. Nos debemos unas cuantas. :)

Martita: al final en esta vida todo son posos: unos de vino dulce y otros de vino amargo, pero sin ellos no podríamos llenar la memoria, los recuerdos, los pasos que damos. Llámame cuando quieras y nos vemos, pequeña. No esperes, que para tí siempre estoy. Sea lo que sea, te quiero. :)

M@r@ dijo...

¿Que te deparará la caja de Pandora?
Pues espero que muchas cosas buenas,felicidad y que no se pierda la magia que tienes en esos ojitos Ana.
Un besazo desde tierras pucelanas...