miércoles, 27 de mayo de 2009
Cádiz ya está en marcha
Cádiz hace hoy su primera noche entre los pinos, al otro lado del Guadalquivir. Me gustaba acompañar a mi hermandad el martes, cuando los cohetes convocaban temprano a la misa de romeros entre los muros de San José, que son los muros de la Blanca Paloma junto al mar, cerca de Puerta Tierra. Las calles recién puestas, las voces del coro por alegrías y tanguillo, cantes de ida y vuelta, Santa María y La Viña, la salve gaditana culminando la misa, la medalla de cordón azul sobre el pecho, junto a la de la Palma del Condado, como si los volantes del vestido recogiesen el paso de los dos aunque siempre caminase yo sola tras la carreta.
Me gustaba ascender por la Cuesta de las Calesas y ver la carita hermosa de la Virgen del Rosario para cantar una Salve con sabor a despedida y a beso; el gentío en San Juan de Dios antes de enfilar de nuevo la Avenida para pasar por el Puente Carranza, dejando atrás la estampa de la Cádiz bulliciosa de los mediodías, la luz dorada sobre la cúpula dorada, la Bahía plateada bebiéndose el sol.
Me gustaba cantar con voz ronca las sevillanas de candela y barro, las de noches y estrellas, vamo a cushá, ajín depasito. El compás de las palmas, la mirada inmensamente verde de mi amigo Joselito enfundado en su traje corto, la mirada empapada de ternura de Cristina, las emociones encontradas cuando el simpecao avanzaba hacia el arroyo San Pedro y éramos como puntitos errantes sobre el mar, como si repitiésemos tras la Virgen el milagro del Cristo que anduvo sobre las aguas.
Hoy, esta mañana, juro que escuché los cohetes convocando a la misa de romeros. El olor a cantueso y tomillo en las calles recién puestas. La sal, el rumor de las olas primeras. Los ecos, la algarabía que viste a Sanlúcar de fiesta, el ir y venir de las barcazas con su bandera de España y de Andalucía ondeando de orilla a orilla, del Coto a Bajo Guía, del santuario pequeño a los verdes pinos, calor, arenas blandas, polvo reseco, vino en la copa, la emoción a flor de piel.
Cádiz ya está en camino mientras Jerez, El Puerto y Sanlúcar velan almas y plegarias. Y allá, en La Aldea, la Virgen del Rocío sonríe, iluminando el camino de los romeros del sur del sur, rinconcito de plata, coplas y devociones en verso.
Buena peregrinación, hermanos.
(Como quiera que mi ordenador petó y mis mejores fotos se quedaron en móviles y en ordenadores que ya no me pertenecen, la foto es de www.lavozdecadiz.es. Los recuerdos me los traje, como si hoy mismo hubiese caminado tras el simpecado)
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7 comentarios:
Joer Berrendita, despues de leer esto, parece que estaba dandome un paseo por tu Caí!
¡Yo también hoy le he dedicado un pequeña entrada al Rocío! Cómo te gustaría estar allí y yo (y nosotros) contigo, allí, tras el Simpecado gaditano por las arenas que marcan el camino hacia la Ermita blanca.
Un fuerte abrazo.
Este es el verdadero camino. El otro, el de los medios y los mediáticos me asusta. Quizá por eso nunca he tenido valor para acompañar a una hermandad cualquiera (que me aceptase, por supuesto) en lo que debe ser un ambiente inigualable.
Me alegra que tus recuerdos no se perdieran reliados en el cordón azul de la medalla para que así puedas compartirlos con los que no sabemos lo que es esa romería.
Cordialmente,
Félix
Berrendita ya sabes que ese camino nos es el mio, pero no me importaria recorrerlo junto a ti y que me fueras explicando todo del mismo modo que escribes y describes. ¡Eso que me pierdo!
Salud
Creo que ya te lo dije, pero insisto: describes Cái como nadie. No importa el tema. Derrochas amor por arrobas a esa tu/mi/nuestra tierra. Tanto, que quizá no te merece... La viviste con intensidad, se comprueba en tus palabras.
Un abrazo gaditano, niña.
Miguel
NorteMadrid: bienvenid@ y gracias por acompañarme en este paseo. Seguro que recorremos muchos más rincones de la Tacita. :)
Conchero: te lo he explicado en tu blog por sevillanas. Cuando quieras, nos bajamos y las escuchas allí, detrás del Simpecao, que es su sitio natural, no?. Otro abrazo para tí, amigo mío.
Félix: el verdadero camino siempre está lejos de los focos y las alharacas. En el Rocío y en la vda misma. Prueba a cruzar el Guadalquivir desde Cádiz. Seguro que eres bienvenido en cualquier hermandad. Un beso. :)
Coronel: sería un lujo, ¿no crees?. Pues en esta vida todo es proponérselo.... jajajaja. Un beso.
Guarismo: la viví con intensidad, sí. Pero la distancia hace que la intensidad se multiplique. Y sí, Cádiz siempre me mereció, aunque yo no supe verlo durante un tiempo en que me sentí sola, a pesar de la insistente caricia del viento. Mil besos, Miguel. Gracias siempre.
Sabes que las fotos de mi blog son tuyas... las de la Hdad. del Rocío de Cádiz también.
Manolo.
PD.: Tienes una forofa en mi hermana Salud, que te lee siempre y habla maravillas de ti.
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