miércoles, 27 de agosto de 2008
Te conozco, pequeña
No conozco su nombre, sólo la mirada de terror, su casa vacía de muñecas y sus muñecas esposadas a la verja de un viejo cuartel mientras el tiempo descontaba en su contra, con la vida a cara o cruz.
La niña iraquí sintió el vértigo de la muerte ceñido a la cintura, abrazándola como un amante celoso de sus carnes de hembra en puntas. Supo que no había ningún paraíso esperando más allá de sus trece años. Y no quiso morir por la causa de ningún demonio. Y no quiso matar en nombre de ningún dios. Sintió el zarpazo de la angustia habilitando las palabras en su garganta. Habló en nombre del miedo, pactó una nueva madrugada.
Hija de la guerra, heredera de nada, con el cabello ondulado por las caricias de las bombas y los odios, oriente y occidente -cruces como espadas, lunas como guadañas-, la tierra yerma, los pies descalzos. Habitante del país donde la prisión tiene la caricia de la seda y el velo, donde cada centímetro cuadrado habla de culpa y de vergüenza.
Hija del absurdo y el rédito político que llevaron a un imbécil a decir que su gesto representa el papel que quieren desempeñar las mujeres en Iraq. Como si sus ojos oscuros tuviesen lectura en los despachos. Como si su vida fuese moneda de cambio que lucir con las medallas de guerra sobre el pecho. Imbécil.
No conozco el nombre de esta niña a la que le robamos la infancia y la sonrisa, los pasos perdidos en el recreo, la muñeca a la que abrazar sobre el colchón, el hijo que traer en paz desde su útero. Pusimos pólvora en tu almohada y pobreza en la cuna, angustia en tus noches, mortaja en las sábanas.
No conozco tu nombre pero te conozco, pequeña. Y te abrazo. Por decidir en una tierra que siempre eligió por tí. Por ser generosa contigo en el pedazo de mapa donde te negamos todo lo demás. Por sobrevivir en la isla de espinas donde estalló en mil pedazos tu alma de niña.
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27 comentarios:
Esta noticia me emocionó. Porque ella supo ver más allá, ella pudo decir "no, no quiero".
Y eso es extremadamente importante. Decisivo, diría.
Te abrazo.
Y a ella.
Berrendita, cada dia te superas ¡que envidia! ¡como me gustaria! saber escribir como tu.
Solo un apunte: Esa niña sin nombre,y su familia, ahora tienen un gran problema, ahora son enemigos de la "sinrazon" y del fanatismo. No perdonaran, ni comprenderán. Ahora el objetivo de sus atentados seran ellos.
A tus pies
Salud
El Coronel
Pues la verdad que la cara de la niña no se me olvidará nunca,esa cara de horror y de lo que pueden vivir miles de personas igual que ella....
Aver cuando nos volvemos a ver...
Bss
Cuando vi la noticia quedé muy impresionada y feliz de pensar que al menos ella se echó atrás, que como dice Arcángel mirón, "supo ver más allá".
Me ha encantado lo que has escrito.
Enhorabuena.
No nos gusta, pero es así. Dejamos crecer el fanatismo y lo potenciamos, incluso.
¿Sabrá luchar alguna vez el hipócrita mundo occidental -civilizado, se supone- contra la barbarie en condiciones y con los medios (de paz) que, también se supone, tienen? ¿Sabremos hacerlo algún día?
(Tus palabras son preciosas, Ana).
Gilda: Decisivo, claro que sí. Yo también te abrazo.
Coronel: De siempre se ha dicho que del amor al odio hay un paso. Estás conmigo o estás contra mi. Nuestra niña de la jugó a cara o cruz. Y ganó la vida. Ojalá no le salga demasiado cara la elección. Un abrazo y gracias siempre por los elogios.
Mara: Pues sí, mi niña. Por desgracia este mundo es tan grande que no ponemos rostros, ni nombre, a las vidas ajenas. Sólo lo hacemos cuando nos sacude la desgracia. Y entre tanta miseria, siempre queda un poso de esperanza. Te quiero, guapa. Nos vemos pronto.
Luchida: bienvenida, ante todo. Gracias por tu visita. Ojalá todos supiésemos ver más allá antes de hacernos explotar, ¿verdad?. Un beso. Cercano blog el tuyo.
Guarismo: No nos gusta, pero siempre miramos hacia el otro lado y alimentamos terror. Aquí y allí. No somos mejores que ellos mientras no sepamos hacerlo bien algún día. Como siempre, gracias. Sabes que las tuyas también lo son y me saben a mi/nuestro Cái. Un beso.
Lo que ha hecho es una hazaña. Ella sí es una superheroína!
Un beso
Francisco, tiene su misma edad. Ayer jugaba a balonmano por la noche con los amigos, luego una ducha y a charlar un rato. Mañana se levantará sin prisas y desayunará luego a ver los libros que le faltan para el proximo curso que empieza ya mismo. Y a la hora de comer hablaremos de que hacer con los cuatro dias que tenemos juntos de vacaciones.
Es la misma edad, es una realidad distinta, es mi hijo y no puedo ni pensar que alguien quisiera que él se quitara la vida en nombre de ningún dios.
Me recordó esa peli francesa buenisima PERSEPOLIS sacada del comic del mismo nombre... primera visita a tu blog (que no la ultima)
saludos!
http://tintaypixeles.blogspot.com
Muy buen relato, y perfectamente escrito.
Me ha gustado mucho, aún tengo en mi mente la imagen de aquella niña...
Es tan triste imaginarse que, mientras nosotros estamos en una burbuja de cristal, ellos están pasando por las mayores pesadillas...
Un saludo,
Sara.
me gustaría conocer la noticia... que dio lugar a este "te conozco pequeña". Y hablando de conocer, Berrendita eres desconcertante con lo que escribes y como, que a pesar de hacerlo desde lo hondo, ni por aproximación calculo tu edad, condición, ni nada tuyo... Eres demasido virtual para ser tan próxima.
Saludos desde el 5º-B (menos de 100 kms).
El gesto de esta niña demuestra que no está todo perdido en la batalla contra la barbarie. Pero tenemos que creérnoslo. Y con escritos como el tuyo es mucho más fácil pensar que hay más corazones de los que parece.
Besazos.
Marcelo: claro que sí. La añadiremos a nuestros héroes de carne y hueso, del día a día. Un beso desde el otro lado del charco.
Hitos: Francisco tiene suerte. Pertenece al mundo de este lado de la raya, a esta frontera segura donde tenemos asegurada la paz y la palabra. Y te tiene a ti, siempre, contándole los pasos. Un beso, bienvenida.
Enrique: por desgracia, esto no es una película. Es una sinopsis del terror, de los embrutecidos que estamos los hombres, de la certeza de que la vida supera nuestras peores pesadillas. Bienvenido tú también, estás en tu casa.
Sara: tú lo has dicho. Vivimos en una burbuja de cristal, que es un paraíso. El infierno se llama de otra manera. Y esta niña conoce su nombre. Un beso. Pasa hasta la cocina cuando quieras.
Luis: resumiendo, esta niña iba a perpetrar un atentado suicida y pidió ayuda, con un chaleco de explosivos abrazando su cuerpo. Se salvó a si misma y salvó a no sé cuántos de una muerte terrible. De ahí la historia.
Sobre mi, no creo que sea tan desconcertante ni extremadamente virtual. Incluso a veces os dejo tocar mi alma y mis heridas en esta fábrica de sueños sin sueños. Te parece poco?? Un beso, vecino. :)
Noelia: Quiero pensar como tú, creer que no todo está escrito. La niña reescribió su guión y apostó por la vida. Y eso hay que contarlo. Y que celebrarlo. Te quiero, un beso.
Qué fuerza tienen tus palabras.
Creo que si todos tomásemos ejemplo de tu valentía y de la de esa niña, "sin nombre" que pasará a la historia, realmente podríamos hacer algo grande por cambiar la sinrazón de muchos conflictos.
Después de leer esto, yo también siento "que conozco a esa pequeña", que ha sabido ponerse por encima del fanatismo y de la falsa muerte heroica. Incluso me has hecho sentir, que te conozco un poquito a ti también.
Un saludo.
Berrendita, que envidia, me has transmitido todo sobre esa niña. Solo con ver sus ojos te dicen lo que tiene que haber sufrido. Y lo fastidiado que lo va ha pasar.
Gracias por compartirlo y hacérnoslo vivir así.
Gracias por presentárnosla. Ya la conocemos así, ya la queremos, y algún día confío en que se entere de que en esta fábrica hemos reconocido al Bien en ella, algo que conviene vivir a diario.
Otra vez la emoción, Berrendita. Qué sensibilidad tienes siempre. Esta noticia sí la conocía y, aún así, has conseguido que me llegue, que me sorprenda como si no conociera la historia. De verdad que te estás superando cada día más. Sólo hay algo que valga la pena de los desastres del mundo, si es que algo vale la pena, y es esta otra cara de la moneda, este blog con tus palabras.
Esa niña es una valiente y pasará a mi memoria para siempre, junto con esto:
"La niña iraquí sintió el vértigo de la muerte ceñido a la cintura, abrazándola como un amante celoso de sus carnes de hembra en puntas. Supo que no había ningún paraíso esperando más allá de sus trece años. Y no quiso morir por la causa de ningún demonio. Y no quiso matar en nombre de ningún dios. Sintió el zarpazo de la angustia habilitando las palabras en su garganta. Habló en nombre del miedo, pactó una nueva madrugada."
"No conozco el nombre de esta niña a la que le robamos la infancia y la sonrisa, los pasos perdidos en el recreo, la muñeca a la que abrazar sobre el colchón, el hijo que traer en paz desde su útero. Pusimos pólvora en tu almohada y pobreza en la cuna, angustia en tus noches, mortaja en las sábanas."
Son tan gandes tus palabras como su decisión.
Bicho: valentía la de ella y la de todas las niñas que sobreviven a la guerra y la miseria en aquel país. Yo sólo os lo cuento, asentada en este mundo de primera división. Gracias por venir, juegas en casa. Un beso.
José Luis: qué cosas habrán visto esos ojos que nosotros no sepamos. Lo importante es que vieron esperanza en el momento de decidir. Es para celebrarlo. Pasa hasta la cocina y deja alguna de tus delicias. Un abrazo.
Lucano: supongo que esta niña cuyo nombre desconocemos nunca sabrá que existe una fábrica. Pero sabrá reconocer los sueños en las sonrisas. Ojalá la vida sea generosa con ella.
Fusa: me encantaría no tener que contar nunca las miserias humanas desde la rabia, pero quiero pensar siempre que entre los desastres, también aprenden a sobrevivir las flores. Gracias siempre. Tú sí que eres grande y la fábrica se viste de gala cada vez que vienes a verme. Mil besos.
Conmovedor.
es de esos hechos positivos que nos congratula con el mundo, una redención, una epifanía. uno de esos hechos positivos tan puñeteramente escasos!!
Ojalá alcanzásemos a conocer a muchos como ella, aunque nunca supiésemos sus nombres. Ojalá todos esos falsos mártires que luchan por su causa, siempre injusta (porque cuando la causa es violenta deja de ser justa), fuesen anónimos arrepentidos y no protagonistas con nombre y apellidos.
Cordialmente,
Félix
Yo soy tía de Francisco, y no precisamente a él, sino a mí, he trasladado el caso de esta niña que muy bien, es un heroína, pero carece de futuro.
¿De qué me quejo? ¿Por qué sufro?
No tengo derecho por floja ni al aire que respiro. ¡Viva la vida!, la mía, la nuestra, pues he tenido la suerte de nacer en un medio en el que al menos mis necesidades las tengo cubiertas.
Inyección guapa de optimismo leer estos post, ¡urra!, salgo ahora mismo a tomar el aperitivo con el Tarzán de la calle del Pez. Voy recién duchada, mudada de pies a cabeza, desayunada de sobra, estreno playeras, y si me queda algo del dinero que bajo, me compraré un rotulador del que estoy enamorada.
Eso sí, me acompaña una sensación de tristeza terrible, esta niña me duele en la distancia, pero me duele, porque también me siento responsable de su destino.
La condesa de Estraza
Pues voy a ser "políticamente incorrecta" pero creo que 13 años vividos entre la extrema dureza-pobreza, son mucho más adultos-maduros que 30 años dormidos entre algodones.
La niña, desgraciadamente, ya no era tan niña.
También creo que ella, como cualquier suicida, sintió el miedo del último minuto, el miedo a morir, pero no sé si tengo tan claro que se parase un segundito a pensar en la muerte que iba a producir en los demás.
Si se inmolan, su ideología les convierte en mártires, si no se inmolan nuestra ideología les convierte en mártires.... Para mí es una persona absolutamente igual que el resto de la gente, igual que todos los que jamás se podrán dinamita en el cuerpo.
AndyPecas: Conmovedor, sí, pero por toda la miseria que arrastra la vida de la protagonista. Este es el mundo que le hemos dejado en herencia. Bienvenida.
Raúl: tengo que darte la razón. Los hechos positivos son puñeteramente escasos. Quizá porque nosotros nos empeñamos en hacernos muy puñetera la vida. Un beso, bienvenido. Bonito blog el tuyo.
Félix: Pues sí, pero he ahí la noticia. Ojalá fuese algo tan cotidiano que no trascendiese ni a la prensa. Un abrazo.
Condesa: pues de eso se trata. También yo lo he trasladado a mi, pensando en mis trece años, cuando mi mayor preocupación era jugar en el patio del colegio o escribir poesías infumables llorando porque Fulano no me quería. Y claro que somos responsables de su destino, creo que lo escribo en el post. Esta niña, antes que verdugo, es una víctima de nuestro mundo de primera división. Mil besos.
Donce: Lo siento, por una vez no puedo estar de acuerdo contigo, o sólo puedo estarlo a medias. Claro que esta niña no es tan niña. Nosotros le hemos robado la infancia. Y claro que actuó movida por el miedo: yo le doy las gracias por ser egoísta y salvarse. Pero nunca será igual que el resto. No, al menos, que tú y que yo, que dormimos calentitas todas las noches y tenemos una mesa en la que sentarnos todos los días. Para mi no es una mártir, sino una superviviente. Y eso, en un país como el de ella, es extremadamente jodido. Un beso.
Una apuesta con garra y pundonor. Con eso se llega lejos.
¿Sabes que escribes como sueñas?
Claro que lo sabes :)
Besos
Adr: espero que algún día me digas como sueño. No lo sé. :)
Otro beso.
no puedo añadir nada a tus palabras, pues lo dicen todo...
Berrendita,me alegra muchísimo ver como has sacado fuerzas de flaqueza y como te vas superando con cada nueva entrada. Como hayas cogido esa fuerza también en el cante no veas!!!
uno y mil besos :-)
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