martes, 22 de enero de 2013

Nieve


De pronto el invierno se hace palpable y nieva tras los cristales. Pero nieva sin prisa, mansamente, sin apenas rozar la tierra. Nieva en silencio, como si no quisiera nevar. Y de pronto cesan los copos y todo es agua y humedad sobre los adoquines, y una claridad que quiere romper pero ya no puede porque en nada vendrá la noche con su cortina oscura.

Nieva sin nevar apenas y mi corazón es como esta ciudad, que se empapa sin importarle, despreocupada, esponjada, abierta, limpia con el beso frío de esta nieve que no extiende su sábana en las calles ni sobre los tejados pero lava el cielo como si nunca se hubiera inventado el dolor ni la culpa.

Como si la memoria fuese la nieve que de cuando en cuando cae sin pedir permiso para hacerse nada y ser de nuevo la ciudad de siempre, lo cotidiano, la piedra en naranjas, el verde que nunca renuncia a la primavera, que siempre se impone al invierno; una ventana abierta al futuro, la paz sobre mi almohada. La vida a raudales cuando amanezca un día más, esta luz blanca que no hiere, que sólo acaricia con su pañuelo, que sólo espera y viste de blanco mi alma.




(La imagen está tomada del blog www.rinolofo.blogspot.com)



martes, 15 de enero de 2013

Pintando el cielo


(Para Fili Chillón)

Andarás ya pintando el cielo. O describiéndolo verso a verso, igual que tantas veces has pintado y contado las cosas de nuestra Zamora, el rumor del Duero a su paso por Marialba, el crepitar de las espigas, la textura del adobe y de los palomares, el sonido del viento en los meses del frío, las madrugadas del Viernes más santo junto a la iglesia de San Juan, la rima pausada de los días y de las noches contemplados a través del mirador que vierte a la Plaza de Zorrilla, junto al bronce y a la fuente.

Pintando vida. Regalando vida, tanta vida, tanto amor, tanto cariño, ya sin las heridas en el alma y los dolores en el cuerpo. El mapa de las ausencias de los que se fueron; esa artrosis que retorcía tus dedos como cepas viejas y sabias, por mucho que te rebelases para seguir enlazando palabras, sentimientos, emociones más allá del lienzo y del papel.

Así, Fili, Sonriendo, tan guapa. Celebrando entre flores por las miles de flores que mil veces regalabas como besos en la distancia, como una bienvenida para el que siempre regresa. Abarcando el mundo con tus ojos inquietos. Acariciando con la voz a través del teléfono o compartiendo mesa y sobremesa, recitando con la misma ilusión de una niña que muestra su primer poema al mundo. Tan prolífica, tan rebelde ante las jugarretas de la vida, siempre en pie. Energía, amor en estado puro.

Andarás ya pintando el cielo. Adivinando el por qué de estos grises, de este frío que corta la piel como un cuchillo en las madrugadas, de las lluvias venideras. Ensayando azules y soles para que cuando llegue la primavera y todo sea verde y comience de nuevo el ciclo de la vida. Yo buscaré tus huellas, me dejaré acariciar por tu palabra sabia. Y celebraré tu vida bien cumplida sin pena; con alegría y agradecimiento por la buena, la inmensa suerte de haberte tenido tan cerca, tan al lado. De haberme sentido tan querida, tan mimada.

Y brindo, Fili. Brindo al cielo porque sé que andas pintándolo de sonrisas, descifrando los versos del aire, descumpliendo años, cobrándote abrazos que aquí abajo eran ya imposibles, resarciéndote de los dolores que nunca cambiaron el signo de tu sonrisa, la ternura de tus labios. Porque celebrarte es llevarte dentro, hacer memoria de tu camino y que nunca venga la muerte a borrarte con su soplo implacable.

Y así tú permaneces escrita en el viento.

Buen vuelo, querida.



(La foto, enviada por su hija Cristina, es del último cumpleaños de Fili Chillón, que se nos fue con las últimas horas del año. Ese día Zamora estaba más apagada, más triste, más sin color y sin versos. Te queremos)




domingo, 13 de enero de 2013

Cádiz comienza a cantar


Comienza la cuenta atrás. Esta noche el Falla abrirá sus puertas, se alzará el telón y sonará el primer tango. Y Cádiz comenzará a cantar como una novia que siempre acude al encuentro de febrero, que siempre desemboca en las noches de La Viña con olor a sal y la humedad de la madrugada sobre la piel, con las gargantas rotas y el mar deshaciéndose contra las piedras del Campo del Sur.

Yo me pegaré un año más al ordenador para escuchar con el alma, para emocionarme mientras descontamos los días. Y cerraré los ojos y me dejaré acariciar por el viento de Levante y de Poniente. Y pisaré sus empedrados, y seré como el aire que recorre sus callejuelas estrechas, como la brisa que va y vuelve desde la orilla mientras esperamos la primera luz como quien reza a un dios infalible.

Y sonreiré. Porque tú, mi Cádi, eres la novia del mar. Porque siempre cantas, por encima de los siglos, por encima de las penas. Porque eres la Tacita de la Alegría. La ciudad que canta cada día. Y yo te escucho y te abrazo, te llevo dentro y sigo cantando contigo.


(La foto, maravillosa, es de mi amigo Manuel Sánchez Quijano, que siempre me presta sus ojos para que la veamos así de guapa. Feliz Carnaval, Tacita. Cuánto te quiero!! )

domingo, 6 de enero de 2013

Queridos padres, queridos Reyes


Queridos padres:

No dejéis de ser jamás mis reyes. Los únicos en los que creo. Los únicos magos que conozco. Los que siempre estáis. Los que nos dejáis marchar y nos esperáis cuando regresamos con las alas rotas sin preguntar nada. Los que nos restañáis las heridas del camino bajo vuestra sombra y nos ayudáis a prepararnos para volar de nuevo.

Sé que por mucho que vuele, nunca estaré a vuestra altura. Que nunca sabré compensaros. Que por mucho que crezca, no rozaré el inalcanzable techo de vuestra generosidad sin pedir nunca nada, de vuestro impulso sin decir. Siendo, estando.

Gracias, papá. Gracias, mamá. Por tanto. Por TODO.


(La foto es un mural de mi padre. Unos niños juegan a orillas del Duero, en esta mañana en la que miles de niños juegan gracias a la magia de sus padres)